Callejeando por el casco antiguo de Altea nos encontramos cosas fabulosas, entre ellas esta impresionante casa de 188 metros cuadrados dividida en tres plantas, y todas ellas enfocadas a la costa mediterránea. La propiedad, construida en 1970 y renovada no hace mucho, te recibe con una puerta de madera maciza que da paso a un recibidor cálido con un espejo artesanal que refleja la luz del sol que se cuela por las ventanas. Su estructura permite disfrutar de la frescura del verano mientras paseas por sus suelos de terracota y de un invierno más que agradable gracias a las gruesas paredes que mantienen un calor acogedor. Cada ventana enmarca vistas que quitan el aliento y desde sus dos balcones se puede contemplar la inmensidad del horizonte, espacios perfectos para disfrutar del café de la mañana o del vino al atardecer.Esta casa blanca es un fiel reflejo de la belleza arquitectónica alteana y una gran inversión en una zona única. Haz de este hogar tu refugio personal, donde cada día es un regalo y los espacios se unen para ofrecerte una vida de ensueño.
Escribe tu dirección. Obtén al instante tu valoración GRATUITA