En una de las calles tranquilas de Adsubia, se alza esta auténtica casa de pueblo, llena de alma y recuerdos. Con 323 m² construidos sobre una parcela de 172 m², es el lugar perfecto para crear nuevos momentos sin perder la esencia del pasado.
En la planta baja, un acogedor salón-comedor da la bienvenida, junto a un dormitorio, una cocina con rincón de estar, un baño y un patio íntimo que esconde una encantadora sala cubierta, ideal para disfrutar del silencio, leer o simplemente dejar pasar el tiempo.
Subiendo a la primera planta, encontramos tres dormitorios amplios y luminosos, llenos de posibilidades, y un baño que da servicio a esta zona más íntima de la casa.
La última planta es pura inspiración: una gran buhardilla que conserva ese aire rústico tan especial y una terraza con vistas impresionantes, donde el cielo y las montañas se convierten en el telón de fondo perfecto para soñar.
Un hogar con carácter, donde cada rincón invita a imaginar una vida tranquila, auténtica y llena de momentos especiales.
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